El delicado equilibrio entre sostener la oferta de carne y recomponer stock

El delicado equilibrio entre sostener la oferta de carne y recomponer stock

Comenzamos a transitar ya la segunda mitad del año, y los números de faena aún no muestran señales de moderación. Por el contrario, los datos correspondientes a los primeros siete meses del año confirman una faena ligeramente superior a la del año pasado. Con unos 7,85 millones de cabezas faenadas en el período, destacó el informe de María Julia Aiassa, analista de Rosgan.

Al proyectar los próximos meses, de acuerdo con el comportamiento histórico de la faena en esta etapa del año, cuando la oferta de animales terminados suele ser superior, debería estar finalizando el ciclo con un número muy similar al del año pasado. Cercano a los 14 millones de cabezas. Lo cual aseguraría una oferta de carne en torno a los 3,2 millones de toneladas.

Lo cierto es que, de confirmarse esta cifra, sería el tercer ciclo consecutivo con faenas por encima de los niveles de equilibrio. Comprometiendo así un año más la recomposición del stock.

En efecto, el año pasado, se perdió al final del ciclo más de un millón de cabezas del stock. Con una faena de 13,9 millones de cabezas y una producción de terneros que apenas repuso unos 14,6 millones de animales, descontada la mortandad natural del rodeo. Por lo tanto, estabilizar el rodeo nacional este año, repitiendo ese nivel de faena, requeriría mejorar significativamente los indicadores reproductivos. A fin de compensar la extracción con una mayor producción de terneros.

Puesto en números, sobre un stock aproximado de 22 millones de vacas, compensar esta caída mediante una mayor producción de terneros, implicaría mejorar la relación ternero/vaca en unos 5 puntos porcentuales. Es decir, pasar del 65% a algo más del 70% de destete, luego de varios años amesetados en torno al 63%.

En términos de producción de carne, el otro factor clave sigue siendo la cantidad de kilos que se logre agregar a cada cabeza que se destina a faena. Esto resulta particularmente importante para lo que resta de este año y el primer tramo del próximo. Dado que la oferta de animales para engorde ya está limitada por la cantidad de terneros logrados este año, que abastecerán la faena como novillitos y novillos en el corto y mediano plazo.

Por lo pronto, la faena de este año revela un dato interesante en lo que respecta a los novillos. Entre enero y julio, la faena de esta categoría de machos creció un 12% respecto de un año atrás, totalizando cerca de 650.000 novillos. Este aumento contribuye a sostener el incremento del 2% en la producción de carne este año. A pesar de faenarse un número similar de cabezas. En efecto, con una faena de machos un 2% superior a la del año pasado, la participación de los novillos también aumentó 1,5 puntos porcentuales, ubicándose en el 15,7%. Esto implica, en promedio, entre 45 y 50 kilos adicionales por res, en comparación con la faena de novillitos.

Y esto sin considerar aún el potencial de crecimiento en el peso de faena que ambas categorías todavía presentan. Actualmente, el peso promedio de faena en novillos alcanza los 287 kilos por res en gancho. Mientras que en novillitos se sitúa en 239 kilos. Sin duda, este incremento en los pesos de faena responde a mejores condiciones de recría y engorde pastoril. Y respecto del año pasado, se observa en todas las categorías: 1% en machos y 1,4% en hembras.

En efecto, de los 7,2 millones de terneros que salieron de los campos de cría en estos primeros siete meses del año, el 23% se destinó directamente a feedlot. Mientras que el 77% restante ingresó a sistemas de recría a campo, una proporción que en los últimos dos años  cayó significativamente producto de la sequía. Y que a partir de este año lentamente comienza a recuperar terreno.

Sin embargo, el aporte del feedlot en la etapa final de esos animales recriados también es un factor clave en la producción de carne. Esto se refleja en la creciente participación del feedlot dentro de la oferta de animales que llegan a faena. Lo que redunda en un mayor control y una mejor calidad de terminación.

Sin embargo, el punto clave a considerar aquí es que los números actuales de producción aún no contemplan una posible retención de hacienda, en especial de hembras. Más allá de los logros que lentamente se están registrando en aumentos de peso y productividad del rodeo.  Esta tendencia aún no se refleja en la categoría vaquillonas. Si bien la faena de vacas ya comenzó a ceder respecto de los últimos dos años de intensa extracción forzada por las condiciones climáticas.

En lo que va del año, la faena de vaquillonas creció un 6%, lo que se suma al incremento del 10% en los últimos tres años, que redundó en unos 800 mil vientres menos en el stock. En definitiva, por el momento, la moderación necesaria en la faena de vaquillonas no se está registrando. De producirse, exigirá un mayor esfuerzo de todo el sector en pos de mejorar la productividad del rodeo en sus dos dimensiones. La producción de animales y la de kilos por animal en stock. Con el objetivo de evitar una restricción en la oferta de carne durante los próximos ciclos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *