Tendencias de consumo para seguir creciendo
Análisis de datos, automatización, inteligencia artificial, sostenibilidad, reconfiguración de la cadena de suministros y nuevos canales de venta. Todas estas variables se presentan como tendencias de consumo claves para adaptarse a los cambios del mercado y seguir creciendo. Así concluyó la sexta edición del estudio regional “Tendencias en Consumo y Retail”. Este relevamiento proporciona un análisis en profundidad de cómo el sector en América del Sur puede aprovechar este impulso para fortalecer su resiliencia. Así como fomentar la competitividad y abrir nuevas vías de crecimiento en toda la región.
El informe ofrece un análisis sobre las transformaciones estructurales que están redefiniendo el negocio más que identificar modas pasajeras. Y destaca patrones consolidados que están moldeando el presente y futuro de la industria. Lo realizó el equipo de profesionales de KPMG bajo la supervisión de Fernando Gamboa, socio Líder de Consumo y Retail de KPMG en Brasil y Sudamérica.
Para Eugenio Orco, líder de Consumo y Retail de KPMG Argentina, estas tendencias mundiales del negocios marcan el rumbo de los cambios en los próximos años. Más allá de las propias fluctuaciones de los consumidores: “El Retail ya no es solo un canal de venta, sino un ecosistema de interacción que hay que tener en cuenta. En Argentina, esta transformación se da en un contexto en el que las marcas deben construir confianza en un entorno de incertidumbre. Además de integrar tiendas físicas, online, redes sociales y marketplaces. El e-commerce crece, pero aún con barreras logísticas, culturales y de infraestructura. Y el consumidor busca promociones, segundas marcas y canales alternativos. En este contexto, la resiliencia de las empresas del sector implica flexibilidad, pero también tener empatía con el entorno y los consumidores”.
En la anterior edición el foco estuvo puesto en cuatro tendencias de consumo sobresalientes que buscaron profundizar la comprensión de los primeros impactos de las nuevas tecnologías en esta industria. Especialmente en lo relacionado a la inteligencia artificial (AI/GenAI), la automatización y los datos. Pero sin dejar de lado otros aspectos interesantes como la experiencia del cliente, el denominado comercio fluido , las preocupaciones relacionadas al incremento de los costos operativos. Por la creciente incertidumbre en los mercados. Y otros aspectos concernientes a la sostenibilidad y al conjunto de pautas conocidas como ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo).
Sin embargo, y a pesar de que muchos de estos elementos continúan vigentes, algunos de los mismos parecen haber “egresado” del término “tendencia”. Para pasar a formar parte de un cuerpo creciente de buenas prácticas o estándares dentro de la industria. Que deberían estar embebidos en la estrategia de cualquier empresa de consumo que desee mantenerse vigente. Especialmente en un entorno complejo y volátil como el actual.
El uso de datos dejó de ser una tendencia emergente para convertirse en una condición estructural del negocio. Las empresas que operan en C&R deben contar con capacidades robustas para capturar, procesar y gobernar datos de calidad. Esto permite comprender mejor al consumidor, anticipar comportamientos, optimizar inventarios y tomar decisiones informadas. La inteligencia artificial (AI), especialmente el machine learning, se presenta como el catalizador que transforma datos en conocimiento accionable.
Por su parte, la IA y su versión generativa (GenAI) están revolucionando el retail. No solo automatizan procesos, sino que habilitan experiencias hiperpersonalizadas, mejoran la eficiencia operativa y permiten nuevas formas de interacción con el cliente. La IA autónoma (Agentic AI), aunque incipiente, comienza a operar sin supervisión humana, anticipando una nueva era de retail inteligente. Sin embargo, su implementación exige abordar desafíos éticos, regulatorios y de talento.
La sostenibilidad ya no es un diferencial, sino una expectativa del mercado. Las empresas deben integrar criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en toda su cadena de valor. La economía circular, la descarbonización y la trazabilidad son prácticas que ganan protagonismo. Además, el propósito corporativo – entendido como la razón de ser más allá del lucro- se vuelve central para conectar con consumidores conscientes y construir lealtad.
Las disrupciones globales (pandemia, conflictos geopolíticos, proteccionismo) expusieron la fragilidad de las cadenas tradicionales. En respuesta, emergen estrategias como el nearshoring y el friendshoring, que buscan relocalizar operaciones en regiones más estables y cercanas. América del Sur se posiciona como un destino atractivo por sus recursos, energías limpias y condiciones fiscales, lo que podría impulsar una nueva ola de inversión productiva.
El comercio electrónico se expande aceleradamente, por plataformas globales como Shein, Temu, AliExpress y TikTok Shop. Estas no solo ofrecen productos, sino que integran contenido, comunidad y transacción, redefiniendo el concepto de tienda. Las redes sociales se consolidan como canales de venta directa, especialmente entre los consumidores más jóvenes.
La automatización permite mejorar la eficiencia, reducir costos y responder con agilidad a cambios en la demanda. La trazabilidad, apoyada en tecnologías como QR, RFID y blockchain, responde a exigencias de transparencia, seguridad alimentaria y sostenibilidad.
Las tendencias de consumo analizadas comparten un objetivo común: incrementar la eficiencia y la productividad. Además de reducir costos, alcanzar economías de escala, mejorar la sostenibilidad en los procesos productivos y diversificar y rediseñar la cadena de suministro. En particular, la diversificación y restructuración de las cadenas puede lograrse mediante estrategias como el nearshoring, la multiplicación de las fuentes de suministros, la automatización de las operaciones. Y la integración de etapas a través de colaboraciones, fusiones y adquisiciones.

