El impacto ambiental de la producción de carne de pollo

El impacto ambiental de la producción de carne de pollo

El Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) realizó un estudio sobre la huella de carbono y la huella hídrica de la producción de carne de pollo. Los resultados ofrecen información crucial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de agua en la cadena productiva. Desde la granja hasta el hogar del consumidor.

En el marco del Programa Ambiental de Huellas de la UE, se realizaron evaluaciones exhaustivas sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GWP). Y también sobre el impacto hídrico de la producción de carne de pollo.

Los resultados que se obtuvieron para la etapa de cría y engorde de pollos indican que, según el «package 3.1», la huella de carbono es de 1,71 kg de CO2 equivalente por kilogramo de carne de pollo. Este valor se refiere a las emisiones generadas hasta la puerta del frigorífico. Tomando en cuenta las actualizaciones en los factores de emisión y caracterización disponibles.

Sin embargo, cuando se considera el impacto total de la cadena productiva, desde la cuna hasta la tumba, la huella de carbono asciende a 3,40 kg de CO2 eq por kilogramo de carne de pollo. Acá se toma en cuenta las etapas de cocción y almacenamiento en los hogares de los consumidores.

Este impacto, según el estudio, se distribuye en diversas etapas de la producción. Así, el frigorífico representa el 12,33% del total  y las granjas de parrilleros, el 15,96%. Mientras que la planta de alimentos y piensos representa el 22,11% y la logística y distribución del producto final, el 16,64%. Sin embargo, la mayor contribución proviene de la conservación en el hogar y su posterior cocción, que representa el 28,39% de las emisiones totales.

Una de las principales conclusiones del estudio es la importancia de concientizar a los consumidores sobre el impacto ambiental con la conservación y cocción de la carne de pollo. Así, el comportamiento de los consumidores tiene un papel crucial en la disminución del impacto ambiental. Aunque gran parte del esfuerzo en reducción de emisiones se realiza en la cadena productiva.

En este sentido, el estudio subraya que un consumo responsable podría contribuir significativamente a la reducción de emisiones. Igualando entonces el esfuerzo que ya se realiza a lo largo de la cadena productiva.

Por otro lado, el estudio también analiza la huella de agua por escasez, un indicador clave en la evaluación del impacto ambiental de la producción alimentaria. La huella de agua para la unidad funcional estudiada es de 0,5380 m³ eq. de agua por kilogramo de carne de pollo a la puerta del frigorífico. Sin embargo, este valor se incrementa a 1,55 m³ eq. de agua al final de la cadena productiva. Es decir, una vez que se considera el consumo doméstico. La mayor parte de este impacto se concentra en las etapas de conservación y cocción en el hogar (63,21%). En cuanto a las etapas productivas, el frigorífico representa el 11,97%, las granjas de parrilleros el 8,15%, y la planta de alimentos/piensos el 14,69%.

Uno de los «hotspots» más significativos en la cadena productiva es la producción de piensos. Este proceso tiene un impacto considerable tanto en las emisiones de gases de efecto invernadero como en el consumo de agua. El estudio sugiere que la compra de granos a proveedores cercanos a las plantas de piensos podría mejorar la eficiencia energética y reducir el impacto ambiental. Pero también generar beneficios económicos.

La granja de engorde de pollos, por su parte, es responsable del 56,64% de las emisiones y del 46,40% del impacto en la disponibilidad de agua. Esto se debe en gran medida al tipo de alimentos que se utiliza para engordar a los pollos y al transporte de estos productos. La implementación de medidas más eficientes en esta etapa, como el uso de piensos más sostenibles y un transporte más corto, podría resultar en una reducción significativa del impacto ambiental.

Dentro del procesamiento en los frigoríficos, el consumo de energía eléctrica y combustibles tiene un alto impacto ambiental. Especialmente en la laguna de tratamiento de efluentes. A nivel general, el estudio resalta que la optimización de los procesos energéticos en toda la cadena de producción es crucial para reducir tanto las emisiones de gases de efecto invernadero como el consumo de agua.

En comparación con los estándares internacionales de las ISO 14040 y 14044, los resultados en este estudio se encuentran dentro de los rangos esperados. Y en muchos casos, incluso por debajo de los valores globales. Este desempeño favorable puede atribuirse a las características productivas locales. Especialmente en términos de la eficiencia en los procesos e insumos utilizados en la producción de carne de pollo. Así como en la optimización en el uso de la siembra directa y la producción en secano.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *