Argentina adhiere a un convenio OCDE que puede afectar a las multinacionales
La Argentina ratificó la Convención Multilateral para Aplicar las Medidas Relacionadas con los Tratados Fiscales para Prevenir la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios. A la que se conoce como Convenio Multilateral BEPS o BEPS MLI). Así se concretó el último miércoles a través de la publicación en el Boletín Oficial de la Ley 27.788. La sancionó el Congreso el 7 de mayo último.
Este instrumento lo promueve la OCDE en el marco del Plan BEPS. Tiene como objetivo actualizar de forma masiva y simultánea los Convenios para Evitar la Doble Imposición (CDI). Cerrando así espacios para la planificación fiscal abusiva y fomentando una tributación más equitativa a nivel global.
En pocas palabras, el MLI permite reescribir cláusulas clave de los tratados fiscales sin necesidad de renegociar uno por uno. Es como una gran «enmienda automática» que permite incorporar cláusulas antiabuso. Así como mejorar la definición de establecimiento permanente y optimizar mecanismos de resolución de controversias entre países. Más de 100 jurisdicciones ya lo firmaron. En la región, Argentina se suma a México, Chile y Perú en este proceso de adaptación a estándares internacionales más exigentes. El MLI es también un paso clave para la aspiración argentina de integrarse a la OCDE.
No todos los CDI que firmó Argentina se modificarán. Solo aquellos que se declararon por ambas partes como “Convenios Tributarios Cubiertos” (CTA). De los 23 tratados que mantiene el país, se alcanzarán aquellos que se firmaron con Australia, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca. También con Emiratos Árabes Unidos, España, Finlandia, Francia, México, Países Bajos, Noruega, Reino Unido, Rusia, Suecia y Suiza. En cambio, tratados como el que mantiene con Italia quedarán fuera del alcance del MLI por el momento. Ya que ese país aún no ratificó la convención.
Cuatro cambios clave que introduce el MLI
1. Cláusula antiabuso (PPT): Se incorpora una herramienta para negar beneficios de tratados cuando se detecta que una estructura se diseñó principalmente para obtener ventajas fiscales indebidas.
2. Dividendos más regulados: Las tasas reducidas dependerán de la participación accionaria y del tiempo de tenencia.
3. Redefinición del establecimiento permanente: Se amplía el concepto, incluyendo casos donde se fragmentan actividades para evitar impuestos en un país.
4. Mejor resolución de conflictos fiscales: Se refuerzan los mecanismos para resolver disputas entre países, brindando mayor seguridad jurídica.
La adhesión al MLI marca un cambio de reglas. Las empresas que operan internacionalmente deberán revisar sus estructuras y esquemas de planificación fiscal. Lo que ayer era válido, mañana podría no serlo. La ARCA también tendrá el desafío de adaptar sus criterios y capacitar a su personal, para asegurar una correcta implementación del tratado.
Además, aunque el MLI ya se aprobó por el Congreso, aún falta que el Poder Ejecutivo lo promulgue y que se envíen los instrumentos de ratificación a la OCDE. Desde ese momento, la Convención entrará en vigor en tres meses, y se aplicará en el ejercicio fiscal siguiente. Por eso, se estima que los efectos concretos comenzarán a sentirse recién entre 2026 y 2027.
Un punto importante es que no todas las jurisdicciones se afectarán por igual. Las empresas que operan en países cuyos CDI no se modificarán por el MLI (como Brasil o Italia) podrían mantener esquemas de contratación que ya no serán viables en otras plazas. Esta diferencia puede influir en decisiones de inversión y en la carga tributaria efectiva.
La entrada en vigor del MLI no será un simple cambio técnico. Representa un giro en la forma de interpretar y aplicar los tratados fiscales. Por eso, es fundamental que las empresas, especialmente las que tienen operaciones o contratos transnacionales, revisen sus convenios, estructuras societarias y contratos de servicios, financiamiento o propiedad intelectual.
Lo que antes era una práctica aceptada, hoy puede ser cuestionado bajo una óptica más restrictiva y orientada a combatir la elusión fiscal. En este nuevo escenario global, anticiparse es la mejor estrategia. Las reglas están cambiando, y entenderlas a tiempo puede marcar la diferencia entre una estructura eficiente y un problema con el fisco.
Por Gonzalo Brest, socio de Impuestos de KPMG Argentina

