La informalidad genera la pérdida de un quinto del PBI

La informalidad genera la pérdida de un quinto del PBI

La evasión de IVA en 2023 alcanzó el “valor más bajo de toda la serie”, acercándose por primera vez al 40%. Y acumulando una caída récord de siete puntos porcentuales en un año. Este resultado se suma a un dato relevante: por segundo año consecutivo ningún sector económico mostró un incremento de la evasión. Lo que profundiza la tendencia descendente que ya se venía registrando. El agro, afectado por la peor campaña en dos décadas, y el comercio fueron los sectores que mostraron las reducciones más significativas. A pesar de esta mejora, la informalidad sigue representando un impacto fiscal de magnitud: la evasión implica una pérdida anual equivalente a 21 puntos del PBI.

Así concluyó el tercer informe sobre informalidad y evasión en Argentina que realizó el Centro de Estudios Tributarios (CET) de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral. Destacó que la digitalización de la economía aparece como uno de los factores determinantes de este comportamiento. Según Interbanking, entre 2019 y 2023 crecieron un 15,3% los CUITs jurídicos que se registraron en el sistema financiero y un 42,6% las cuentas bancarias asociadas a esos CUITs.

Además, se verificó un aumento del 9% en las transacciones financieras entre empresas, especialmente entre las mipymes, que lideraron ese crecimiento. “Ese salto en la formalización digital es una de las razones centrales detrás de la mejora en el cumplimiento fiscal”.

En el informe anterior, que se publicó en diciembre de 2024 con datos correspondientes a 2022, el CET señaló una primera reducción significativa de la evasión. En 2021, la evasión de IVA alcanzaba el 52%, mientras que en 2022 bajó al 49%, valor que entonces se consideró el más bajo de la serie.

Esa caída se explicaba en parte por la diferencia entre la evolución de la recaudación y la actividad gravada. Mientras esta última creció un 74%, la recaudación lo hizo en un 88%. También contribuyó la moratoria prevista en la Ley de Alivio Fiscal (27.653/2021), como parte de las medidas de recuperación económica pospandemia.

La nueva evidencia para 2023 consolida esa tendencia y muestra que la reducción de la evasión no fue un fenómeno aislado ni coyuntural. Sino una trayectoria que se profundiza por segundo año consecutivo. Ahora con mayor claridad por los procesos de digitalización tanto en empresas como en operaciones comerciales.

En 2023 no hubo ningún sector económico que incrementara su nivel de evasión, un hecho que coincide con las mejoras de 2022. Las reducciones más pronunciadas se dieron en el agro, con una caída extraordinaria de 66 puntos porcentuales. Y en el comercio, con una disminución de 14 puntos. En el caso del agro, la combinación de una estructura de alícuotas asimétricas y la peor campaña agrícola en dos décadas generó saldos técnicos en el sector. Aunque menos de los que podría haber tenido, reduciendo la evasión a niveles prácticamente nulos.  “El agro mostró un comportamiento excepcional en 2023, pero es coherente con la tendencia bajista que venimos registrando desde hace años”.

Por su parte, los sectores de servicios, comercio y construcción continúan concentrando el mayor potencial de recaudación perdida. Un patrón que ya se identificó en el informe previo y que vuelve a aparecer este año. Según las estimaciones del CET, la evasión tributaria representó en 2023 una pérdida de recursos equivalente al 21% del PBI. De los cuales 11 puntos corresponden al sector servicios, 4 al comercio y 3 a la construcción. Estos tres sectores combinan alta evasión con una elevada participación en la recaudación potencial de IVA. Por lo que siguen siendo los principales candidatos para políticas de formalización más focalizadas y efectivas.

La relación entre evasión impositiva y empleo asalariado no registrado continúa siendo consistente con lo observado históricamente. Los sectores con mayor evasión tienden a presentar mayores niveles de informalidad laboral. Las únicas excepciones estructurales vuelven a ser el agro y la construcción. En 2023, al igual que en 2022, el agro mostró una fuerte incidencia de empleo no registrado pese a registrar caídas en el nivel de evasión. Lo que indica, según el CET, la necesidad de políticas específicas orientadas a la formalización laboral en ese sector. “La evasión cayó drásticamente en el agro, pero eso no se tradujo en mejoras en el empleo formal; se trata de un caso que requiere medidas puntuales”.

El informe concluye que la caída de la evasión en 2023 confirma y profundiza una tendencia que se inició en 2022. Ahora potenciada por la digitalización y la mayor trazabilidad de las transacciones económicas. Aunque el comportamiento sectorial es alentador y la baja es la más pronunciada de toda la serie. La magnitud de los recursos perdidos, equivalente a una quinta parte del PBI, sigue mostrando que la informalidad continúa siendo un desafío estructural para la Argentina.

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