La industria porcina en alerta por nuevos brotes de Aujeszky
Nuevos casos de Aujeszky, la denominada aftosa porcina, aparecieron en algunas granjas del país y pusieron en alerta a la industria.
Esta enfermedad tiene impacto en la salud animal y puede producir grandes pérdidas económicas para el productor.
Argentina cuenta con una nueva vacuna viva de última generación Porcilis Begonia DF.
Especialmente desarrollada para el control y la erradicación de la enfermedad de Aujeszky.
En la producción porcina, la sanidad animal es clave para evitar riesgos que puedan afectar la productividad y el desarrollo del sector.
En este contexto, la enfermedad de Aujeszky vuelve a estar en el centro de la atención.
Ya que su impacto en la salud de los cerdos puede generar pérdidas significativas si no se implementan estrategias adecuadas de prevención.
Precisamente ayer, la Federación Porcina Argentina (FPAI advirtió sobre la falta de respuestas del Senasa a un plan que propuso la industria.
La enfermedad de Aujeszky la causa un virus de la familia del herpes (PHV-1 o PRV).
Este puede permanecer inactivo en el sistema nervioso del cerdo durante largos periodos.
Y reactivarse, provocando cuadros respiratorios, reproductivos y nerviosos.
Este virus puede sobrevivir hasta tres semanas fuera del animal.
Y en el caso de las cerdas gestantes, atravesar la placenta e infectar a los lechones.
En Argentina se considera una enfermedad endémica de la industria porcina.
Aunque el cerdo es su huésped principal, el virus puede tener injerencia en otras especies como vacas, caballos, perros y gatos.
Estos pueden desarrollar síntomas nerviosos graves, inclusive la muerte.
Por suerte, hasta el momento, no existe evidencia de transmisión a humanos.
Eso sí, la enfermedad puede afectar a cerdos de todas las edades, con signos clínicos que varían según la etapa de crecimiento.
En los lechones, los síntomas visibles son fiebre, estornudos, tos y descoordinación, con una alta tasa de mortalidad.
En las cerdas reproductoras, se asocia a abortos e insuficiencia reproductiva.
Para confirmar el diagnóstico, es fundamental realizar pruebas de laboratorio, como serología y PCR.
Los lechones menores de siete días son los más vulnerables, con tasas de mortalidad que pueden llegar al 100%.
Por este motivo, una vez que se sospecha o confirma un caso, la enfermedad debe notificarse obligatoriamente a las autoridades locales.
Ante este escenario, Guillermo Racca, gerente técnico de Porcicultura de MSD Salud Animal, destacó la importancia de reforzar la prevención y extremar las medidas de bioseguridad en las granjas.
Esto debe hacerse especialmente en lavado y desinfección de camiones, implementación del manejo “todo dentro – todo fuera”.
También en la incorporación controlada de cachorras, refuerzo de la bioseguridad interna, lavado y desinfección de salas y control de animales salvajes.
Además hay que tener en cuenta que los brotes agudos de la enfermedad pueden ocurrir cuando una cepa virulenta afecta por primera vez a una granja susceptible, en la que no se practicó la vacunación contra la enfermedad de Aujeszky.
“Dado que se transmite lentamente, se puede erradicar mediante vacunación”.
Asi como “buenas prácticas de manejo y eliminación de animales portadores de la enfermedad”.
“Afortunadamente hoy contamos en el país con la vacuna viva de última generación Porcilis® Begonia DF”.
“Esta se desarrolló especialmente para el control y la erradicación de la enfermedad de Aujeszky”.
“Esta vacuna se elabora a partir de la cepa Begonia que tiene una capacidad de protección 10 veces superior a las demás cepas de Aujeszky”.
“Además, gracias a su tecnología, reduce el ratio de reproducción del virus de Aujeszky de 23 a menos de 1, factor clave en cualquier programa de erradicación” explicó Racca.

