La evolución digital de la banca argentina
Durante años hablamos de transformación digital, pero hoy la banca vive una evolución estructural. Ya no alcanza con incorporar tecnología. Se trata de redefinir cómo se genera valor, cómo se conecta con los clientes. Y cómo se colabora dentro de un ecosistema donde la frontera entre banca y fintech es cada vez más difusa.
La convergencia entre ambos mundos deja de ser una tendencia para convertirse en un nuevo estándar. La reciente edición del encuentro “Argentina Fintech Forum” lo confirmó. La integración entre banca, fintech y cripto ya es una realidad. En paralelo, la tokenización de activos y el avance hacia un modelo de open finance anticipan una etapa de innovación sin precedentes para el sistema financiero local. La evolución digital de la banca argentina va del cambio tecnológico al cambio de paradigma.
Desde nuestra experiencia en la industria de servicios financieros, los desafíos más importantes pueden leerse en cinco dimensiones:
1. Experencia del Cliente: del canal al vínculo. La omnicanalidad ya no es tecnológica, sino relacional. El cliente espera experiencias coherentes y personalizadas. La clave está en unificar datos y convertirlos así en conocimiento útil mediante CRM, automatización y recorridos integrados. Cuando eso ocurre, la tecnología deja de ser un filtro y se vuelve un puente de cercanía.
2. Procesos: digitalización punta a punta. Muchas instituciones digitalizaron la interfaz, pero no sus procesos internos. La verdadera transformación sucede cuando la automatización (RPA, APIs) recorre toda la empresa, reduciendo fricciones y liberando talento. Como señala McKinsey & Company: “Los bancos que dominen la precisión basada en datos pueden duplicar su productividad y recuperar niveles de rentabilidad no vistos desde antes de la crisis financiera global”. La tecnología, bien aplicada, no solo acelera procesos: multiplica eficiencia y rentabilidad.
3. Inteligencia Artificial: del dato al entendimiento. La inteligencia artificial dejó de ser un experimento para transformarse en un diferencial competitivo. Desde la analítica predictiva hasta el agente IA, permite anticipar comportamientos y mejorar decisiones en tiempo real. Sin embargo, el valor no está en los algoritmos, sino en la orquestación inteligente de los datos y en la capacidad humana de interpretarlos. La IA amplifica el criterio, no lo reemplaza. En los próximos años, las instituciones que integren IA con ética y propósito construirán la nueva frontera de confianza en el sistema financiero.
4. Cultura: el cambio empieza por dentro. No hay transformación digital sin transformación cultural. La orientación al cliente debe convertirse en un valor compartido. Eso implica promover la gestión del cambio, capacitar equipos, incentivar la colaboración y aceptar que la innovación nace también del error y la iteración. En mi experiencia, los proyectos más exitosos son los que logran alinear tecnología, personas y propósito bajo una misma visión.
5. Ecosistema: integración ágil y segura. El futuro de la banca argentina será abierto, colaborativo y conectado. El modelo de Open Banking, y su evolución hacia Open Finance, requiere construir arquitecturas de integración seguras, estandarizadas y escalables, que permitan conectar servicios, datos y experiencias. Las alianzas entre bancos, fintech, aseguradoras y retailers no son una amenaza. Son una oportunidad para expandir el negocio financiero más allá de sus fronteras tradicionales.
La evolución digital de la banca argentina no se medirá por la cantidad de apps o APIs, sino por la capacidad de generar valor sostenible a partir de la tecnología. Estamos pasando de un modelo de eficiencia a uno de inteligencia. De operar en silos a hacerlo en red. También de ofrecer servicios financieros a diseñar experiencias financieras. Los bancos que logren combinar escala tecnológica, agilidad cultural y visión de ecosistema serán los protagonistas de la próxima década financiera argentina.
Por Federico Sardi, gerente de Desarrollo de Negocios, bdt global

