La calificación crediticia de EEUU genera dudas en el mercado

El debate sobre la calificación crediticia de EEUU vuelve a ocupar el centro de la escena global. Con déficits fiscales persistentes, una deuda pública en aumento y tensiones institucionales en ascenso. Analistas y agencias de riesgo advierten que la principal economía del mundo atraviesa un escenario de vulnerabilidad que podría traducirse en nuevas rebajas en su rating soberano.
Un informe de Balanz analizó los factores detrás del deterioro crediticio estadounidense y pone el foco en un aspecto clave. El creciente intento del presidente Donald Trump por influir en la Reserva Federal, lo que eleva las dudas sobre la fortaleza institucional del país. El déficit fiscal de Estados Unidos se ubica en torno al 6,4% del PBI, un nivel elevado en tiempos de ausencia de crisis económicas. Y con perspectivas de mantenerse en esos valores durante los próximos años.
La reciente aprobación en el Congreso del One Big Beautiful Bill Act, que promovió la administración Trump, consolidó un sendero de déficit estructural cercano al 6% del PBI. Y un incremento en el ratio deuda/PBI de 20 puntos porcentuales en la próxima década. Como indicó el Comité por un Presupuesto Federal Responsable (CRFB), la deuda pública pasará del 100% del PBI actual (unos US$ 30 billones) al 120% en 2035. Mientras que el déficit acumulado entre 2026 y 2035 rondará los US$ 22,7 billones. Los pagos de intereses también presionan. Treparán desde US$ 1 billón en 2025 (3,2% del PBI) a US$ 1,8 billones en 2035 (4,1% del PBI), alcanzando máximos históricos.
La pérdida de la máxima calificación crediticia AAA para EEUU no es nueva. Standard & Poor’s fue la primera en degradar la nota en 2011, Fitch lo hizo en 2023 y Moody’s en 2025, tras la sanción de la OBBBA. Todas coincidieron en señalar un deterioro fiscal profundo, la falta de consensos políticos y una gobernanza debilitada.
Si bien en agosto S&P mantuvo la calificación en AA+, advirtió que un empeoramiento de la situación fiscal o institucional podría forzar un nuevo ajuste en los próximos dos a tres años. El riesgo no pasa solo por los números: la independencia de la Reserva Federal aparece como un factor clave en el radar de las calificadoras.
EEUU conserva ventajas en el pilar económico respecto a otros países con calificación crediticia AA+. El crecimiento del PBI per cápita fue del 2% en 2024, por encima del promedio de su grupo (0,9%). Y la volatilidad de su crecimiento se mantiene en niveles bajos. Sin embargo, la inflación sigue siendo un punto débil: 2,7% contra 1,8% en países AA+ y 1,7% en economías AA. Lo que ubica a EEUU en una posición más frágil que la de sus comparables en este frente.
En el terreno externo, la mayor economía del mundo muestra debilidades que contrastan con sus pares. Mientras países AA+ y AA exhiben superávits en cuenta corriente y balanza comercial, EEUU mantiene déficits en torno al -4% y -4,2% del PBI, respectivamente.
En materia institucional, el rezago es más evidente. De acuerdo con indicadores del Banco Mundial, EEUU se ubica por debajo de los promedios de países con calificación AA+ y AA en efectividad gubernamental, marco legal, seguridad jurídica y estabilidad política.
El frente institucional es hoy uno de los más delicados. Trump ejerció presiones públicas sobre la Reserva Federal para forzar una baja en las tasas de interés. A fines de agosto, incluso intentó despedir a la gobernadora Lisa Cook, decisión que sf frenó en la justicia y que sigue generando tensión.
Además, el presidente declaró recientemente que pronto tendría mayoría en la Junta de Gobernadores de la Fed. Lo que le daría capacidad de influencia directa sobre la política monetaria y sobre la designación de presidentes regionales del organismo. Los analistas consideran poco probable que Trump logre quebrar la independencia del banco central. Pero advierten que una percepción de injerencia política real podría resultar disruptiva para el mercado de deuda del Tesoro, sobre todo en los plazos largos.
Balanz concluyó que la probabilidad de una nueva rebaja en el rating soberano estadounidense es baja en el corto plazo. Pero los riesgos avanzan en dirección desfavorable. La clave estará en la evolución de tres frentes. El desenlace del caso Lisa Cook y los límites del poder presidencial sobre la Fed. La sucesión de Jerome Powell en 2026.La renovación de los presidentes de los bancos regionales de la Reserva Federal en 2026. Si todos estos factores confluyen de manera negativa, la posibilidad de una degradación en la calificación crediticia de EEUU podría acelerarse, con impacto directo en los activos financieros. “La probabilidad de que Estados Unidos sufra otra rebaja luce baja de momento, pero los riesgos se están moviendo en una dirección desfavorable”.