Fuertes contrastes térmicos y lluvias desiguales cierran noviembre

Fuertes contrastes térmicos y lluvias desiguales cierran noviembre

Un escenario signado por marcadas oscilaciones térmicas, riesgo simultáneo de fríos tardíos y calores tempranos, se espera para los próximos siete días. Al igual que precipitaciones de intensidad muy variable a lo largo del área agrícola del Cono Sur. Hacia la transición a diciembre, los fuertes contrastes térmicos se profundizarán, dejando sectores con lluvias abundantes y otros con registros escasos. Así lo indicó el informe semanal de perspectivas agroclimáticas de la Bolsa de Cereales del 20 al 26 de noviembre.

Según el reporte, el inicio de la perspectiva estará dominado por la salida de un frente de tormenta que en días previos ya aportó precipitaciones dispersas. Ese sistema será seguido por el ingreso de una masa de aire polar, responsable de un descenso térmico significativo en gran parte del territorio productivo. Las zonas serranas y cordilleranas del oeste registrarán heladas generales, mientras que las serranías bonaerenses y el este del Uruguay podrían experimentar heladas localizadas.

Las temperaturas mínimas mostrarán una amplia gradiente térmica. El este del NOA, el sur del Chaco, el centro de Cuyo y gran parte de la Mesopotamia iniciarán la etapa con valores superiores a 15 grados. Mientras el oeste del NOA, el oeste de Cuyo y áreas altas de Buenos Aires descenderán a un rango de 0 a 5 grados, con riesgo de heladas. En las zonas cordilleranas se prevén registros bajo cero, con focos aislados de hasta cinco grados bajo cero.

Pero el frío no durará. Hacia la mitad del período regresarán con fuerza los vientos tropicales, elevando las temperaturas por encima de lo normal en casi toda la región agrícola. El norte argentino será epicentro de los registros más altos, con máximas superiores a 40 grados en localidades del este del NOA, la Región del Chaco y el norte de Córdoba. Mientras que el centro y el sudoeste del país también experimentarán condiciones superiores a los promedios estacionales. Solo la franja atlántica mantendrá valores más moderados.

El paso de un nuevo frente de tormenta hacia el final del período volverá a modificar el escenario. La Bolsa de Cereales anticipa que gran parte del NOA, la Región del Chaco, la Mesopotamia norte, el norte y centro de Cuyo, el sudoeste de Córdoba y Buenos Aires recibirán precipitaciones moderadas a muy abundantes. Con acumulados estimados entre 10 y 50 milímetros. En contraste, la Cordillera Sur tendrá lluvias escasas o nulas.

El informe destaca además la probabilidad de tormentas severas en el norte del NOA, con acumulados que podrían superar los 150 milímetros. Lo que plantea un doble impacto: alivio hídrico para cultivos de implantación reciente, pero también riesgo de anegamientos y erosión.

El documento también adelanta la perspectiva correspondiente al período del 27 de noviembre al 3 de diciembre. En esta etapa, el frente que cerró la semana previa continuará con fuertes contrastes térmicos. Generando así precipitaciones dispersas, acompañado por vientos del sur que volverán a provocar un descenso térmico. Las serranías del oeste enfrentarán un riesgo renovado de heladas localizadas y meteorológicas.

Las mínimas superiores a 15 grados se concentrarán en el norte y el centro del país, mientras que Buenos Aires quedará en un rango de 5 a 10 grados. En las cordilleras del NOA y de Cuyo persistirán registros bajo cero.

En cuanto a las temperaturas máximas, el retorno de los vientos tropicales volverá a instalar condiciones cálidas e incluso muy cálidas en el norte de la región agrícola. Hacia el final del periodo, un nuevo frente de tormenta producirá lluvias moderadas a muy abundantes en el este y centro del NOA, el norte del Chaco, el norte de la Mesopotamia, amplias zonas de Cuyo, el noroeste y sur de la Región Pampeana. El resto del área agrícola, sin embargo, permanecerá con aportes escasos.

El escenario que plantea la Bolsa de Cereales muestra un cierre de noviembre atravesado por fuertes contrastes térmicos y precipitaciones de gran desigualdad espacial. Las condiciones exigen un seguimiento continuo debido al riesgo simultáneo de estrés térmico, heladas tardías, tormentas severas y déficits hídricos localizados. La evolución de estos factores será clave para el desarrollo de los cultivos de verano en pleno proceso de crecimiento y consolidación.

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