Deuda por Educación: una salida financiera limitada
El Ministerio de Economía anunció un programa de “Deuda por Educación”, financiado por organismos internacionales, aunque sin precisiones de montos ni plazos. Con títulos cotizando por debajo de la par, una constante desde 2020, un dólar del Estado que sirve para comprar bonos públicos ahorra más que un dólar en vencimientos de capital. Es decir, aún antes de contar el pago por intereses. En consecuencia, esta medida reportaría una ganancia financiera para el Palacio de Hacienda. Que se destinaría a la inversión en educación, y de ahí el nombre del Programa. Así lo destacó un análisis de la Gerencia de Estudios Económicos de Banco Provincia.
Entre 1987, que Bolivia realizó el primer canje de “deuda por desarrollo”, y 2025, se realizaron 235 operaciones en 58 países, sumando US$ 11.500 millones en total. Ecuador con poco más de US$ 3.100 millones en conjunto de 2023 y 2024 y El Salvador con más de US$ 1.000 millones en 2023 fueron las colocaciones más grandes. De esta forma, se observa que los montos son acotados ex ante para el gobierno nacional. En otras palabras, que, según la experiencia histórica y los datos previos, no se espera que el programa Deuda por Educación tenga una gran capacidad de financiamiento.
El stock de deuda con el mercado roza los US$ 90.000 millones en la actualidad. Cotizando a un 60% de paridad, esto implica que hacen falta US$ 55.000 millones para comprar todos los títulos del Estado argentino. El segmento más corto, que termina de amortizar en 2029 y 2030, exige US$ 17.500 millones para su recompra.
La experiencia histórica marca que, salvo tres emisiones, el resto se hicieron en países que no tenían crédito externo de acreedores privados. Por lo tanto, más que un “puente para volver a los mercados”, esto parece ser una alternativa en un escenario de escasez de financiamiento. Asimismo, con la excepción de Indonesia el año pasado, los PBI de las economías involucradas en estas operaciones fueron, al menos, un 50% menores que los de Argentina en la actualidad. Dicho sea de paso, emitió solo US$ 150 millones por esta vía. Por la escasez de alternativas de financiamiento, los costos de estos programas suelen ser muy caros. Llegando en algunos casos a representar hasta el 40% de las ganancias financieras, reduciendo ex post la inversión “en desarrollo”.
Con este repaso, tenemos dos lineamientos a priori. Por un lado, los canjes de deuda por desarrollo suelen ser por montos significativamente menores de los que necesita la Argentina. Y por el otro, es otra “salida exógena” que no apunta a resolver la cuestión de fondo. La inconsistencia entre los flujos de demanda y oferta de dólares esperados, dado un stock de reservas inicial bajo. En este sentido, las recientes intervenciones del Banco Central y el Tesoro argentino en el mercado de cambios, y si la del Tesoro de EEUU fuera a cuenta de deuda futura, también, van en el sentido contrario de esta propuesta. Sacrificar dólares hoy, sin pensar en cómo multiplicarlos mañana.

