Cobre: Argentina busca recuperar su lugar como potencia minera

Cobre: Argentina busca recuperar su lugar como potencia minera

Por primera vez en su historia, Argentina lidera con el cobre la inversión exploratoria minera y se posiciona en el octavo lugar del mundo en presupuesto para a este mineral. Con un mercado global en plena expansión y proyectos multimillonarios en desarrollo, el país podría volver al Top 10 de productores mundiales. Así lo indicó un informe de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).

El cobre se consolidó como el metal estratégico del siglo XXI. Su papel es esencial en la transición hacia energías limpias, vehículos eléctricos, infraestructura eléctrica y nuevas tecnologías. En este contexto, Argentina comienza a reescribir su historia minera con el foco puesto en este mineral, luego de años de retroceso en su producción.

El informe de la CAEM remarcó que por primera vez el cobre lidera los presupuestos de exploración minera en el país. Concentrando así el 41% del total que se destinó a este fin en 2024. Este giro responde a un contexto internacional marcado por la creciente demanda de minerales críticos. Necesarios para cumplir con los compromisos de descarbonización y transición energética.

A nivel mundial, la demanda de cobre refinado creció un 82% entre 2000 y 2023 principalmente por Asia. En particular China, que pasó de representar el 13% al 60% del consumo global. El cobre es un insumo clave para sectores como la construcción, la infraestructura eléctrica y el transporte. Especialmente con el avance de los vehículos eléctricos (VE), cuya demanda de cobre crece a una tasa promedio anual del 4,3%.

Se estima que hacia 2050, la demanda total de minerales críticos para tecnologías limpias se multiplicará por seis. Con el cobre como uno de los insumos más requeridos. La Agencia Internacional de Energía (IEA) identifica al metal como prioritario en casi todas las tecnologías energéticas. Desde la energía solar y eólica hasta el almacenamiento y el hidrógeno verde.

Durante años, Argentina fue un actor relevante en el mercado global de cobre. Entre 1997 y 2018, la mina Bajo la Alumbrera, en Catamarca, representó el núcleo productivo nacional. Alcanzando en 2002 una producción récord de 203.700 toneladas. Sin embargo, tras su cierre, la producción cayó drásticamente, alcanzando apenas 14.500 toneladas en 2024.

Actualmente, solo hay una operación en producción secundaria de cobre, vinculada a la mina de oro Lindero, en Salta. Esto hizo que las exportaciones de cobre se reduzcan a apenas US$ 3,5 millones en 2024, frente a los casi US$ 2.000 millones que se registraron en 2007.

Sin embargo, el potencial es inmenso. Argentina cuenta hoy con 21 proyectos registrados, de los cuales seis están en etapa avanzada con planes de puesta en marcha entre 2027 y 2031. Estos podrían posicionar al país nuevamente entre los 10 principales productores del mundo.

Los seis proyectos más avanzados, entre ellos El Pachón, Los Azules y Taca Taca, concentran inversiones estimadas por US$ 19.521 millones. Se trata del mineral con mayor proyección de inversión dentro de la cartera minera nacional, por encima del litio (US$ 13.233 millones) y muy lejos de otros como la plata o el uranio.

La planificación indica que, si se concretan estas iniciativas, la capacidad productiva nacional podría escalar de 14.500 a más de 1.080.000 toneladas anuales de cobre en la próxima década. Esto no solo supondría un impacto positivo en las exportaciones, sino también en la generación de empleo, desarrollo regional y transferencia tecnológica.

Argentina ocupa hoy el octavo lugar en el ranking global de presupuestos de exploración de cobre. Superando a países históricamente mineros como Brasil, México y Zambia. Este posicionamiento refleja no solo el interés del sector privado, sino también el potencial geológico. Y también las oportunidades que ofrece el país en términos de recursos sin desarrollar.

Sin embargo, para que este potencial se transforme en realidad, será fundamental garantizar estabilidad normativa, condiciones fiscales competitivas. Así como infraestructura logística adecuada y una fuerte articulación público-privada.

En un mundo que avanza hacia una matriz energética más limpia, el cobre se convierte en un recurso estratégico sin precedentes. Argentina, que ya supo estar entre los grandes jugadores, tiene hoy la oportunidad de recuperar protagonismo. Con inversiones récord en juego y una geología privilegiada, el país puede convertirse en un actor clave de la minería del futuro.

Pero para lograrlo, será indispensable que las decisiones políticas y las condiciones económicas acompañen la oportunidad. El cobre, más que un mineral, podría ser el motor de una nueva era de desarrollo para Argentina.

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