Argentina con mayor adopción de la IA que países desarrollados

Argentina con mayor adopción de la IA que países desarrollados

La Argentina muestra, como la mayoría de los países emergentes, una mayor adopción, confianza y alfabetización en IA que los de las economías avanzadas. Los datos surgen de una encuesta mundial que realizó KPMG y la Universidad de Melbourne de Australia que respondieron más de 48.000 personas. Los países emergentes como Argentina tienen una mejor recepción a la IA que los desarrollados. El 70% cree que es necesaria una regulación y el 87 % desea leyes y verificación de datos para combatir la desinformación.

Por ejemplo, el 44% de los encuestados en Argentina considera que los beneficios de la IA superan los riesgos. Este valor está por encima del promedio global (42%) y de varios países desarrollados como EEUU, Francia o Alemania.

“Es interesante como los indicadores de adopción, uso y formación son mayores en nuestras economías. Donde realmente estas tecnologías son un factor de diferenciación. Y una necesidad de evolución y escala de negocio y supervivencia en un mercado creciente”. Así lo indicó Mauro Avendaño, socio de Tecnología de KPMG Argentina.

Los beneficios y el potencial de la IA para la sociedad y las empresas son innegables. Los sistemas de IA se utilizan para agilizar y aumentar la precisión en la detección del cáncer o mejorar la eficiencia de las energías renovables. Así como impulsar la productividad y la innovación en el entorno laboral, entre otros casos de uso. Sin embargo, a medida que las capacidades y sus alcances se hacen más evidentes, también lo hace la conciencia de riesgos y desafíos. Lo que plantea interrogantes sobre la fiabilidad, la regulación y la gobernanza de los sistemas de IA.

Dos de cada tres personas (66%) utilizan la IA de forma intencionada y regular, y tres de cada cinco afirman poder usarla eficazmente. Sin embargo, la mayoría (61%) no cuenta con formación en IA y la mitad declara tener conocimientos limitados. Las personas en las economías emergentes reportan un mayor uso regular (80% frente al 58%), formación (50% frente al 32%), conocimiento (64% frente al 46%) y eficacia (74% frente al 51%) que las personas en las economías avanzadas. Mientras que las personas más jóvenes, con estudios universitarios, con mayores ingresos y capacitadas en IA, manifiestan mayor confianza, uso y conocimiento.

Las personas afirman experimentar tanto beneficios como consecuencias negativas del uso de la IA. Muchos reportan mejoras en la eficiencia, la accesibilidad, la toma de decisiones y la innovación. Pero las preocupaciones sobre la ciberseguridad, la privacidad y la propiedad intelectual, son generalizadas. Como también la desinformación, la pérdida de la conexión humana y de empleo, y la descalificación. La ambivalencia del público hacia la IA es evidente, con opiniones divididas sobre si los beneficios superan los riesgos en las economías desarrolladas.

Existe un fuerte mandato público para la regulación de la IA: el 70% cree que es necesaria. Sin embargo, solo el 43% cree que las leyes actuales son adecuadas. Las personas esperan leyes internacionales (76%), regulación gubernamental nacional (69%) y co-regulación con la industria (71%). El 87% también desea leyes y verificación de datos para combatir la desinformación generada por la IA.

Tres de cada cinco (58%) empleados utilizan la IA en el trabajo de forma intencionada y regular, y un tercio la utiliza semanalmente. Las herramientas de IA generativa son las más utilizadas. Y muchos empleados optan por herramientas gratuitas y públicas en lugar de las opciones proporcionadas por sus empleadores. Las economías emergentes lideran la adopción por parte de los empleados, con un 72% que la utiliza regularmente, en comparación con el 49% en las economías avanzadas.

Más de la mitad de los empleados reportan beneficios en el rendimiento gracias a la IA. Sin embargo, también reportan impactos mixtos en la carga de trabajo, la interacción humana y el cumplimiento normativo. Y dos de cada cinco creen que la IA reemplazará puestos de trabajo en su área. Muchos empleados reportan un uso inapropiado, complaciente y poco transparente de la IA en su trabajo. Lo que contraviene las políticas generando errores y dependencia. La gobernanza y la capacitación para apoyar el uso responsable de la IA parecen estar retrasadas en su adopción.

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