A un año del RIGI: siete proyectos aprobados y US$ 34.000 M en carpeta
El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), una de las piezas centrales de la Ley de Bases, cumple un año desde su implementación con resultados concretos. Hay 20 proyectos que se presentaron por un total de US$ 34.422 millones, de los cuales siete ya se aprobaron por el Ministerio de Economía. Los datos surgen del informe “RIGI & Escenarios Globales”, que elaboró el Centro de Estudios de Gobernanza Global (CEGG) de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral.
Como indicó el documento, el 65% de las iniciativas corresponden a minería y el 33% al sector energético. Con un marcado interés en proyectos vinculados al cobre y al litio. El resto se reparte entre siderurgia e infraestructura. Aun así, el informe advirtió que hay sectores estratégicos donde el régimen no logró todavía despertar interés, como foresto industria, tecnología y turismo.
“El RIGI está atrayendo capex real en sectores estratégicos, con aprobaciones emblemáticas que aceleran infraestructura y agregan exportaciones. La señal es clara: reglas estables y previsibles desbloquean proyectos”. Así lo indicó Sofía del Carril, directora ejecutiva del CEGG y coautora del informe. “Para sostener el flujo de inversiones, Argentina debe construir un perfil confiable: gobernanza federal de recursos, estabilidad institucional y estrategia de inserción internacional como política de Estado”.
Las siete iniciativas que aprobaron suman US$ 13.613 millones y se concentran principalmente en energía y minería. Entre ellas se destacan dos proyectos clave para Vaca Muerta. El oleoducto Vaca Muerta Sur, del consorcio Vmos que integran YPF, PAE, Vista Energy, Pampa Energía, Chevron, Pluspetrol y Shell. Y el buque de licuefacción de gas natural de Southern Energy y Golar LNG, con una inversión de US$ 6.878 millones en Río Negro.
En materia de energías renovables, sobresalen el Parque Solar El Quemado de YPF Luz en Mendoza y el Parque Eólico de ArcelorMittal y Acindar en Olavarría. En el sector minero, se aprobaron los proyectos de litio de Río Tinto (Salta) y Galan Lithium (Catamarca). Junto con una ampliación siderúrgica de Sidersa en San Nicolás.
Durante 2024, la Argentina recibió US$ 11.430 millones en inversión extranjera directa (IED), cifra similar a la de Chile. Aunque el país se mantiene rezagado en relación al tamaño de su economía: 1,8% del PBI frente al 3,8% de Chile y el 3,3% de Brasil, según datos del Banco Mundial.
El CEGG señala que el RIGI, a un año de su inicio, busca precisamente revertir esa tendencia mediante un marco de estabilidad e incentivos fiscales, tributarios, aduaneros y cambiarios. “Es un intento de dar previsibilidad en un mundo altamente volátil, donde la confianza es un factor condicionante”.
El documento también analizó los desafíos internacionales que condicionan la llegada de inversiones. Conflictos bélicos en Europa y Medio Oriente, tensiones comerciales con Estados Unidos y una desaceleración global que llevaría el crecimiento mundial al 3% en 2026, según el FMI.
En este escenario, América Latina se consolida como región clave para el abastecimiento de minerales estratégicos. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA), la región concentra más de un tercio de las reservas mundiales de litio, cobre y plata. Chile se mantiene como el principal productor de cobre del mundo, con el 25% de la producción global. Mientras que Argentina, Chile y Bolivia integran el “triángulo del litio”, con creciente atractivo para la transición energética.
China domina actualmente entre el 85% y el 95% de la producción global de componentes de baterías. Lo que según el informe plantea el desafío de fortalecer la industrialización local del litio y del cobre para capturar mayor valor agregado.
En paralelo, la demanda mundial de petróleo y gas alcanzaría su pico antes de 2030, aunque Asia continuará aumentando su consumo. Este cambio, junto con la volatilidad de las rutas marítimas por conflictos geopolíticos, podría abrir oportunidades para nuevos proveedores de energía como la Argentina.
El balance a un año del RIGI muestra avances concretos y desafíos pendientes. El programa permitió la presentación de proyectos de envergadura, principalmente en minería y energía. Y logró despertar interés de compañías internacionales como Glencore, Río Tinto, Galan Lithium, Southern Energy y Golar LNG. Sin embargo, aún restan 12 iniciativas en evaluación, entre ellas, dos megaproyectos de cobre de Glencore por más de US$ 13.000 millones, y un largo camino para consolidar la confianza inversora.
En su conclusión, el informe del CEGG destaca que “Argentina necesita construir un perfil confiable en un mundo cambiante”. Para ello, plantea la importancia de “alcanzar consensos estructurales y una gobernanza estratégica y federal de los recursos, capaz de potenciar la diversificación de la canasta exportadora”.
El RIGI, a un año de su lanzamiento, se presenta así como una herramienta con alto potencial. Pero que exige continuidad institucional, estabilidad macroeconómica y coordinación entre la Nación y las provincias para consolidar el atractivo del país en los flujos globales de inversión.

