Oposición convulsionada: arde la UCR en Diputados y sigue el cruce de señales en el peronismo

Se acerca el 2025 y, a medida que las elecciones empiezan a aparecer en el horizonte, se aceleran las tomas de posiciones y se intensifican las internas en las distintas vertientes de la oposición. Incapaz de asimilar en un mismo espacio a sectores virtualmente aliados del Gobierno con sectores opositores duros, la UCR se quebró en Diputados. En paralelo, Cristina Kirchner y Axel Kicillof coincidieron en un acto en plena batalla por la conducción del PJ y el reordenamiento del peronismo. La frialdad del encuentro, sin embargo, confirmó las tensiones entre la exmandataria y uno de sus hijos políticos, que apuesta a tomar distancia.
Doce diputados nacionales del radicalismo, referenciados en Facundo Manes y Martín Lousteau, abandonarán el bloque de la Unión Cívica Radical para armar una bancada propia, que será presidida por Pablo Juliano, luego de que fracasara la mesa de diálogo con la que se intentó contener la fractura. De esta manera, el bloque presidido de la UCR que hoy conduce Rodrigo de Loredo y contaba con 33 integrantes, ahora se reduciría a 21.
Si bien las fisuras internas en el radicalismo son evidentes desde el inicio de la gestión de Javier Milei -aunque de hecho ya lo eran durante la larga campaña electoral del 2023 que terminó con la destrucción, tras la derrota, de Juntos por el Cambio- la convivencia pareció volverse insostenible luego de que el sector que comanda a De Loredo se negara, en un intento sostener al menos una unidad aparente, a expulsar a los cinco diputados radicales que se alinearon con el Gobierno libertario para que se mantuviera el veto a las leyes de movilidad previsional y financiamiento universitario.
La tregua que se había pactado el martes para intentar reconstruir el equilibrio interno volvió a romperse este miércoles por la mañana cuando los diputados alineados con Manes y Lousteau se enteraron de que De Loredo había aceptado una invitación del Gobierno para que una comitiva de la UCR forme parte de la mesa de negociación parlamentaria de los miércoles en la Casa Rosada. La fractura se consumaría formalmente en las próximas horas.
Mientras tanto, en el otro partido histórico que tiene la argentina también se producían movimientos. La expresidenta Cristina Kirchner y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se reencontraron en La Plata para compartir un acto por el aniversario 47 de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, en plena pelea por el control del PJ nacional, que CFK ya está anotada para conducir
El kirchnerismo duro ve la mano de Kicillof -que sigue sin respaldar abiertamente a su exjefa política– en la decisión del gobernador riojano Ricardo Quintela de mantener su propia candidatura para presidir el partido. La imagen entre la ex jefa de Estado y el mandatario bonaerense llegó luego de que Kicillof llamara, en un mensaje para el cristinismo, a dejar de «reproducir» las «metodologías y conductas» que llevaron al espacio opositor a la derrota en las elecciones presidenciales del año pasado.
El reencuentro fue frío. De hecho, la presencia del gobernador bonaerense en el acto había sido confirmada hace semanas, aunque hoy su participación estuvo en riesgo por las fuertes tormentas en el AMBA. Pero la expresidenta recién confirmó que iría el mismo día. CFK saludó a Kicillof formalmente, con un beso sin carga de efusividad y, aunque se sentaron en primera fila, no lo hicieron uno al lado del otro. Sí hubo conversación, se dio lejos de las cámaras.