Empleo joven en caída y más adultos mayores en el mercado laboral
El mercado laboral argentino muestra una preocupante transformación. Mientras los jóvenes enfrentan crecientes dificultades para insertarse, los adultos mayores prolongan su vida laboral. Por su parte, las familias recurren cada vez más al endeudamiento para sostener el consumo. Así lo reveló el último informe del equipo de estudios económicos del Banco Provincia, que destacó que el empleo joven se encuentra en caída.
Como indicó el análisis, entre marzo de 2023 y marzo de 2025 se destruyeron alrededor de 105.000 empleos formales. Lo que equivale a una caída del 1,4% del empleo registrado. Sin embargo, la contracción golpeó con especial fuerza a los menores de 45 años. Se perdieron 233.000 puestos (-4,6%) en ese segmento. En contraposición, los trabajadores mayores de 45 años incorporaron 130.000 nuevos empleos (+4,9%), ampliando su participación en la fuerza laboral.
El grupo más afectado fueron los jóvenes de 16 a 24 años, que perdieron 44.000 empleos en dos años, una merma del 6,6%. También se registraron fuertes caídas entre los trabajadores de 25 a 34 años (-5,2%, con 106.000 puestos menos) y de 35 a 44 años (-3,5%). En cambio, los mayores de 60 años mostraron un crecimiento del 3,1% en su nivel de ocupación. Principalmente por la necesidad de compensar el deterioro de las jubilaciones mínimas, que retrocedieron un 25% en términos reales desde noviembre de 2023.
“Los costos de despido son proporcionales a la antigüedad. En contextos de ajuste, los primeros recortes recaen sobre los más jóvenes y con menos experiencia”, señaló el informe al explicar la caída en el empleo joven. A ello se suma que la insuficiencia de ingresos previsionales empuja a muchos adultos mayores a extender su vida laboral.
Otro dato que sobresale es la distribución de la pérdida de empleo según el tamaño de las empresas. Así las grandes compañías encabezaron el ajuste, con una reducción de 57.500 puestos (-3,8%). Mientras que las microempresas recortaron unos 30.000 empleos (-3,3%). Por su parte, las pymes, en cambio, mostraron una caída menor, cercana al 1%.
Esto revela un doble problema: por un lado, los sectores de mayor estabilidad y mejores salarios reducen su plantilla. Por el otro, se contraen los espacios que históricamente absorbían jóvenes y trabajadores de menor calificación.
Frente a la pérdida de ingresos y el estancamiento salarial, las familias apelan cada vez más al crédito. Entre diciembre de 2023 y junio de 2025, el número de personas con deudas superiores a $ 200.000 creció de 10 millones a 12,6 millones. Es decir, uno de cada tres adultos mantiene hoy pasivos de ese nivel.
El monto promedio de endeudamiento también se disparó: pasó de 2,3 millones de pesos a 3,7 millones en el mismo período. Lo que representa un crecimiento real superior al 35%. En relación con los salarios, la deuda media pasó de equivaler a dos sueldos medianos a casi tres en la actualidad.
Este incremento se impulsó por la búsqueda de recursos para sostener el consumo en un escenario de salarios reales deprimidos y empleo en retroceso. A diferencia de 2023, cuando la alta inflación licuaba pasivos, la estabilización de precios reduce hoy esa “válvula de escape”. Y hace así más pesada la carga financiera de los hogares.
El informe concluyó que las familias están afrontando la pérdida de poder adquisitivo mediante tres estrategias principales. El pluriempleo, que sumó 140.000 personas entre 2023 y 2025. También la extensión de la vida laboral, sobre todo en adultos mayores. Y el endeudamiento bancario, con un fuerte auge de los préstamos personales.
En un contexto donde las jubilaciones, los salarios y otras transferencias sociales se reducen en términos reales, la combinación de más horas de trabajo y más deuda aparece como la única forma de amortiguar la caída del consumo.

