La desigualdad salarial entre trabajadores formales e informales es mayor

La brecha de ingresos y puestos de trabajo entre empleados formales e informales se amplió significativamente en los últimos siete años.
Así lo indicó un reciente informe del Instituto de Estudios Laborales y Sociales (Idelas), en base a datos del Indec.
El estudio analiza el período comprendido entre 2017 y el tercer trimestre de 2024.
Así destaca cómo la desigualdad en la distribución de la riqueza se profundizó.
Esto está afectando especialmente a los trabajadores no registrados.
Como indicó el informe, en los deciles más bajos de ingresos (el 20% de la población asalariada), los recursos que genera el trabajo remunerado representan menos de la mitad del total de ingresos familiares.
En contraste, en los dos deciles más altos, esta proporción supera el 85%.
Esta disparidad se debe, en gran medida, a la mayor dependencia de los hogares de menores ingresos de los ingresos no laborales.
Entre ellos, subsidios estatales, jubilaciones o pensiones.
La brecha entre los trabajadores formales e informales es aún más pronunciada.
En 2017, la diferencia de ingresos entre el décimo y el primer decil era de 12,2 veces para los jefes de hogar formalizados.
Mientras que para los trabajadores no registrados era de 18,2 veces.
Para 2024, esta brecha se amplió a 20,9 veces para los trabajadores formales y a 25,2 veces para los informales.
El informe también destaca que la proporción de ingresos en negro es sustancialmente mayor en los tres deciles inferiores.
Mientras que en los deciles más altos la informalidad se reduce a menos del 10% del total de los recursos monetarios.
Esto refleja que los trabajadores con menor educación y habilidades tienden a encontrar empleos en el sector informal.
En este caso, con salarios más bajos y sin acceso a beneficios sociales.
En el tercer trimestre de 2024, la brecha de ingresos medios entre el empleo formal y el informal fue de 2,4 veces entre los jefes de familia.
Sin embargo, en los deciles más bajos, esta relación es aún más extrema, con un 23% de los ocupados sin descuento jubilatorio.
Esto indica una alta tasa de informalidad en los sectores más vulnerables.
En cuanto a la distribución de puestos de trabajo, el informe muestra que, en el tercer trimestre de 2024, el 66,7% de los trabajadores eran formales.
Mientras que el 33,3% eran informales.
Esta relación se invierte en los deciles más bajos, donde la informalidad alcanza el 90%.
Mientras que en los deciles más altos, la formalidad supera el 90%.
El informe también aborda la brecha de género en el mercado laboral.
Aunque en términos generales hay una paridad en la participación laboral entre hombres y mujeres (49,3% y 50,7%, respectivamente), la desigualdad salarial persiste.
En promedio, los hombres ganan un 38% más que las mujeres por hora de trabajo.
Y esta brecha se amplió en más de dos puntos porcentuales desde 2017.
En los deciles más altos, la diferencia salarial entre géneros es aún más marcada.
Esto refleja una mayor concentración de hombres en puestos de mayor remuneración.
El informe de Idelas subraya la necesidad de políticas públicas que aborden la informalidad laboral.
Y también que reduzcan la brecha de ingresos entre los trabajadores formales e informales.
La ampliación de la desigualdad afecta a los hogares de menores ingresos.
Pero también tiene un impacto negativo en la economía en su conjunto.
Lo hace al limitar el consumo y el crecimiento económico.
En un contexto de estancamiento económico, como el que caracterizó a Argentina en los últimos años, la reducción de la informalidad y la mejora de las condiciones laborales para los trabajadores más vulnerables se presentan como desafíos urgentes para lograr una mayor equidad y desarrollo social.