Lluvias y calor modificaron las proyecciones de los cultivos

Lluvias y calor modificaron las proyecciones de los cultivos

En la última semana se produjeron condiciones contrastantes de temperatura y lluvias que modificaron las proyecciones de producción.

Así lo destacó el último Panorama Agrícola Semanal (PAS) que elabora la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Para el cultivo de soja, las altas temperaturas y el déficit hídrico prolongado  generaron estrés termo-hídrico, afectando principalmente al NEA, y en menor medida al NOA y Centro Norte de Córdoba.

Estas condiciones adversas impactaron significativamente en el stand de plantas y en el crecimiento de estructuras reproductivas.

Así disminuyó el potencial productivo en un 22%.

Por el contrario, lluvias registradas entre fines de febrero y principios de marzo en el centro de la región agrícola impactaron de manera favorable tanto en los planteos de primera como en las sojas de segunda.

En los primeros favoreciendo el llenando grano, mientras que en los de segunda a partir de la formación de vainas.

“Esta situación superó nuestra proyección inicial de rendimiento para la región central”, indicó el análisis.

“Si bien no logra compensar la caída en el norte del área agrícola, evitó una mayor disminución de producción”.

“Bajo este contexto, se redujo nuestra proyección de producción en 1 millón llegando a 48,6 millones de toneladas”.

Por su parte, la cosecha de maíz grano comercial tomó impulso  tras el paso de los últimos frentes de tormenta.

Hasta el momento, se recolectó el 13,6 % del total nacional estimado, lo que significa un avance intersemanal de 5,5 puntos porcentuales.

Con un rendimiento promedio de 82,7 quintales por hectárea.

En la zona norte del área agrícola, la falta de lluvias que predominó a lo largo de gran parte de la campaña gruesa generó una caída del 40 % en los rendimientos esperados en comparación con la estimación previa.

De manera similar, aunque con menor impacto, regiones del centro y norte de Córdoba, el norte de Santa Fe y el sur del área agrícola también registraron períodos de déficit hídrico.

Estas condiciones contrastantes  generaron mermas principalmente en los planteos tardíos.

Así se redujo su potencial de rendimiento entre un 6% y un 15%, según la zona.

Las lluvias que llegaron en febrero permitieron que esa merma no sea mayor en esas regiones.

Sin embargo, se realizó un ajuste al alza en el área implantada del ciclo anterior (2023/24) llevándola a 8,4 millones de hectáreas.

Como consecuencia, se genera un incremento de la producción de dicha campaña,  ubicándola en 51,6 millones de toneladas.

Como resultado, la superficie estimada para la campaña en curso (2024/25) se eleva a 7,1 millones de hectáreas.

A pesar de las pérdidas de rendimiento que se registraron, esta nueva proyección del área sembrada permite mantener la proyección de producción actual de 49 millones de toneladas.

Finalmente, la cosecha de girasol también se aceleró, fundamentalmente sobre las regiones del sur del área agrícola.

Esto ocurrió luego de que las condiciones climáticas mejoraran y permitieran el oreo de los suelos y la consecuente entrada de las cosechadoras.

El progreso intersemanal de 17,7 puntos porcentuales eleva el avance nacional al 39,3% del área apta.

Aunque persiste una demora de 19,9 puntos  respecto al ciclo previo y de 29,6 puntos en comparación con el promedio U5C.

Sin embargo, a pesar de los problemas de vuelco y brotado generados por las precipitaciones de los últimos 10 días, los rendimientos continúan elevados.

Con un valor promedio nacional de 23,8 qq/Ha, dentro de un rango que varía entre 8 y 36 qq/Ha.

Con los lotes ya recolectados y las expectativas de cosecha inmediata, se eleva la proyección  de producción de 4,1 a 4,3 millones de toneladas.

Aunque podrían registrarse nuevos ajustes y condiciones contrastantes en las próximas semanas conforme avancen las labores.

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