Con las pruebas de maltrato la justicia prohibió a Alberto F. salir del país

Con las pruebas de maltrato la justicia prohibió a Alberto F. salir del país

Fabiola Yañez reconsideró su anterior negativa, se comunicó con el juez y se desarchivó el anexo reservado que Clarín había revelado el domingo, donde constan las pruebas del maltrato.

Otros tiempos. El ex presidente Alberto Fernández y la ex primera dama Fabiola Yañez, ahora separados tras una explosiva denuncia de violencia doméstica ante la Justicia.
El tobogán terminó su rizo y la caída su trayecto: la ex primera dama Fabiola Yañez denunció ayer en la justicia que su ex pareja, el ex presidente de la Nación Alberto Fernández, la golpeaba cuando vivían en la Quinta de Olivos.

“Por voluntad propia”, la madre del niño Francisco Fernández tomó contacto ayer al mediodía con el juzgado del doctor Julián Ercolini y le pidió que desarchive el anexo reservado del cual este diario informó el domingo y que había sido cajoneado el 1 de julio, en el cual quedó consignada la existencia de pruebas consistentes de varias situaciones de maltrato físico por parte del ex presidente hacia su pareja.

El juez recogió la nueva denuncia y hasta primeras horas de la tarde trabajó en disponer y ejecutar una serie de medidas restrictivas que Alberto Fernández deberá respetar de inmediato, entre ellas no acercarse y moderar los contactos con su ex pareja y madre de su hijo. En su lacónica resolución, el juez consigna que, desde Madrid, Yañez «manifestó estar padeciendo lo que definió como ‘terrorismo psicológico’ por parte de la persona denunciada, así como acoso telefónico, de manera diaria. Dado que el presunto agresor se contactaba mediante mensajes telefónicos amedrentándola psicológicamente».

Prohibición de acercamiento

La ahora denunciante le pidió ayuda a Ercolini para que le cambie la custodia policial que acompaña, pues se trata de «una ‘persona de confianza’ de la custodia del denunciado, y solicitó al juzgado la prohibición de acercamiento de Alberto Fernández tanto personalmente como a por teléfono, WhatsApp o redes sociales. Para mantener la relación con su hijo, Yañez indicó que el puede llamarla al número telefónico de su mamá, la abuela de Francisco.

«Los graves hechos denunciados por la damnificada, sumado al contacto amenazante que ha expresado que ocurrió actualmente, brindan un escenario de riesgo que debe ser mitigado por medio de los mecanismos que la norma procesal brinda», advierte el magistrado en su resolución.

«No puede obviarse la desigualdad existente entre la persona denunciada, quien ocupó el cargo de máxima jerarquía en el Poder Ejecutivo Nacional de nuestro país, y la denunciante», estimó Ercolini, antes de enumerar las restricciones que dispuso sobre Alberto Fernández: la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de donde vive, trabaje o esté Fabiola Yañez, de contactarla por cualquier medio, y que «cese en los actos de perturbación o intimidación que, directa o indirectamente, realice hacia Fabiola Yañez, tanto en el espacio analógico como en el digital.» También prescribe que el Ministerio de Seguridad refuerce la custodia sobre la mujer.

Por último, pero sin dudas más impactante de todo, Ercolini le prohíbe a Alberto Fernández, quien negó los hechos, salir del país.

Se acabaron los potenciales y las suposiciones: los hechos fueron confirmados y ahora también se abren los caminos frente al abogado Juan Pablo Fioribello, quien hasta este martes actuaba como representante informal de Fernández y Fabiola: si bien repetía que el ex presidente negaba haber golpeado jamás a su entonces pareja, Fioribello dijo públicamente que «si se demuestra lo contrario y que me mintió, le dije que yo mismo la representaría a Fabiola en contra de él». Aunque la ex primera dama reconoce ese apoyo, la promesa no

Yañez dijo que Alberto la somete a “terrorismo psicológico”.

Será posible: como Fioribello fue abogado de Fernández en otros expedientes, ahora está técnicamente impedido de asumir una querella contra él.

Como anticipó este diario en su edición de este martes, la publicación del domingo en Clarín causó una tumultuosa avalancha de consecuencias, desde luego en la opinión pública pero también en el interior del piso de Fernández en Puerto Madero, y el de Fabiola Yañez en Madrid.

La mujer se enteró de que iba a publicarse el contenido de su renuncia a formular una denuncia por violencia de género, fruto de la audiencia por Zoom que había mantenido con Ercolini y otra funcionaria judicial el día 27 de junio. En ese encuentro, Yañez ni siquiera quiso levantar la vista cuando le exhibieron las fotos y chats con su voz y sus mensajes de texto que los peritos de la Policía Federal habían hallado en el teléfono de María Cantero, la secretaria privada de Alberto Fernández y al menos en algunas oportunidades su confidente en la angustiosa situación que atravesaba.

Ese mal trago no había sido del todo digerido por la mujer, a quien sus relaciones escucharon quejarse del olvido y supuestos pesares económicos que está pasando junto a Francisco en la capital española.

Pero el llamado de su ex pareja en la madrugada del sábado para ella para avisarle que Clarín difundiría el caso en su tapa, desató una tempestad emocional que ni siquiera sus más íntimos habían presenciado jamás.

Pero el escándalo explotó. Y escaló.

Envueltas en gruesos insultos y reproches muy pesados, Yañez multiplicó las advertencias de que iba a reactivar la denuncia que no había querido hacer. Uno de los motivos que había evaluado en su momento para desistir de ella era evitar un escándalo y la posible obligación de regresar a la Argentina para impulsar el trámite, lo que le daba escozor.

Fernández no puede salir aún del estado de shock en que quedó sumido el fin de semana, aunque está convencido de que la madre de su hijo solo busca someterlo a una extorsión extrema para sacarle dinero. En el transcurso de estas horas jugueteó con ideas oscuras y consideró responder con un potente balde de brea sobre Fabiola, sus costumbres y sus hábitos diarios.

También en su círculo de confianza le aconsejaron tener cuidado con esa variante: en el subsuelo de su consideración pública, no sería la idea más edificante que el ex presidente buscara salvar la ropa ensuciando a la víctima de violencia de género. Además, le dicen, sería difícil ser extorsionado con un hecho que supuestamente no ocurrió, como Alberto sigue repitiendo frente a unos pocos.

Volvamos a tribunales. Con la denuncia firmada, el juez Ercolini evaluó con su equipo qué pasos dar, y hacia dónde: su principal obsesión es mantener incontaminado el expediente que crece en sus manos, referido al multimillonario fraude al Estado con la contratación de intermediarios amigos en las pólizas de seguros entre organismos públicos.

Fernández quiere desplazarlo del caso, y este miércoles habrá una audiencia en la Cámara Federal de Casación Penal en la que las partes deberán exponer sus argumentos a favor y en contra de ese reclamo.

Entonces es delicada la salida de Ercolini del episodio FernándezYañez: con la víctima protegida por sus disposiciones de último momento, el doctor deberá desprenderse de la información, las pruebas y los testimonios que tiene en su poder, y que serán investigados en otro juzgado. ¿En cuál?

Depende de la interpretación que la Cámara Federal realice de los hechos, la causa puede ser remitida a los tribunales federales de San Isidoro, donde se investigó el caso de la fiesta en Olivos, o a la Justicia penal ordinaria para su sorteo. Esa duda refiere a dónde se pondrá el acento: si en la víctima -que no era funcionaria pública y por eso no corresponde tramitar sus denuncias en la Justicia federal- o en el lugar en el que ocurrieron los supuestos delitos. Es decir, la Quinta en la que viven los presidentes, cuyos silenciosos jardines fueron testigos de reuniones secretas, pactos históricos y noches violentas.w

La investigación de Clarín precipitó la reacción de Yañez.

Fuente: La Nación